
Desde el primer momento en que se mueve una pieza en el tablero de ajedrez, las actividades cerebrales correspondientes a la memoria, las partes del llamado lóbulo temporal, se activan inmediatamente analizando posiciones similares, planes y jugadas estudiadas o jugadas con anterioridad. Esto es lo que permite mejorar el rendimiento en cada partida, ejercitando la capacidad de memoria y reportando beneficios no solamente en el juego sino en otras actividades cotidianas.
Un estudio realizado en el año 2003 en el Albert Einstein College of Medicine encontró evidencia de que someter al cerebro a juegos mentales puede evitar la demencia. Los sujetos que mejores resultados mostraron fueron aquellos que practicaban el ajedrez.
El ajedrez parece constituir una herramienta de primera línea, sencilla de practicar y poco costosa, en la intención de luchar contra el deterioro de las funciones cognitivas inherente al transcurso de la tercera edad.

Igualmente, a la par del avance de la evidencia científica, ya se cuentan con experiencias concretas, testimonios e iniciativas que van ganando cada vez más adherentes, como los clubes de ajedrez para adultos mayores, clases de ajedrez para ejecutivos senior aplicado a los negocios, ajedrez para la estimulación temprana en niños, en fin, una serie de actividades ajedrecísticas que contribuyen a ejercitar la actividad cerebral, y hacen de este un entretenimiento noble, sano e incluyente, para todas las edades.
Ver artículo completo aqui: The Einstein Aging Study: Unlocking the Mysteries of Alzheimer's and the Brain
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